El jueves 12 de marzo por la mañana nos dirigíamos hacia el ecoparque en un gran autobús ocupado por todos los alumnos de 5º. Al llegar a la marisma, los monitores, Alicia y Aitor, nos repartieron en dos grupos y nos explicaron que era un espacio protegido y que debíamos tener cuidado de no gritar, porque si gritábamos asustábamos a los animales. Nos dieron unos prismáticos por pareja y observamos a las aves como: la focha común, garzas, cisnes, los porrones europeos, las gaviotas patiamarillas…Y también plantas como: juncos, zosteras, sauces…
Nos explicaron que las hembras no tenían colores vistosos para no atraer a los depredadores y poder incubar en paz. En cambio los machos tenían colores muy vistosos en el plumaje para atraer a las hembras.
Alicia nos llevó a ver el Molino de Mareas. Solo funcionaba con marea baja, porque si no se inundaba la rueda.
El proceso era el siguiente: Se abría la tapa que impedía salir el agua y se dejaba salir el agua cayendo en la rueda y a su vez haciéndola girar. El árbol giraba enganchado a la rueda y a su vez hacia girar el cigüeñal, que a su vez hacía girar la piedra voladera para aplastar el maíz sobre la piedra solera y de ahí salía la harina de maíz. Luego nos contaron que en Trasmiera se medía con celemines. Un celemín eran 14 tercios. El Molino estuvo activo los años 1702-1950 luego se olvidaron de él.
Después de comer nos llevaron al observatorio del arte a ver como trabajaba antes la gente en Trasmiera, eran canteros, campaneros y retablistas.
Los canteros eran como albañiles. Los campaneros eran los que fabricaban campanas. Los retablistas: eran los que hacían los retablos de madera para las iglesias.
A la tarde fuimos a casa, otra vez, en un gran autobús.
Nos explicaron que las hembras no tenían colores vistosos para no atraer a los depredadores y poder incubar en paz. En cambio los machos tenían colores muy vistosos en el plumaje para atraer a las hembras.
Alicia nos llevó a ver el Molino de Mareas. Solo funcionaba con marea baja, porque si no se inundaba la rueda.
El proceso era el siguiente: Se abría la tapa que impedía salir el agua y se dejaba salir el agua cayendo en la rueda y a su vez haciéndola girar. El árbol giraba enganchado a la rueda y a su vez hacia girar el cigüeñal, que a su vez hacía girar la piedra voladera para aplastar el maíz sobre la piedra solera y de ahí salía la harina de maíz. Luego nos contaron que en Trasmiera se medía con celemines. Un celemín eran 14 tercios. El Molino estuvo activo los años 1702-1950 luego se olvidaron de él.
Después de comer nos llevaron al observatorio del arte a ver como trabajaba antes la gente en Trasmiera, eran canteros, campaneros y retablistas.
Los canteros eran como albañiles. Los campaneros eran los que fabricaban campanas. Los retablistas: eran los que hacían los retablos de madera para las iglesias.
A la tarde fuimos a casa, otra vez, en un gran autobús.
Alicia Valle, 5ºB
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