Un año más el sol acompañó nuestra celebración del otoño. Conchi, Mariano y Tere encendieron el fuego ritual para asar las castañas, que este año, con tanta sequía, no salieron muy buenas, pero de todas formas disfrutamos de un buen rato de convivencia en el patio. Hubo zumba y música tradicional, juegos, búsqueda de castañas "de oro", visita de las castañeras cuentacuentos y, naturalmente, alegría y buen humor. ¡Mil gracias a las madres que nos ayudaron tantísimo con el asado de las castañas!
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