jueves, 24 de abril de 2008

NÁPOLES Y POMPEYA



Me lo pasé muy bien en Nápoles. En las tiendas había unos macarrones muy bonitos de colores y tamaños diferentes, los spaghetti eran muy largos. Cuando fuimos a Pompeya había que andar mucho, pero me gustó. Algunas casas de Pompeya eran muy grandes y con muchas pinturas por las paredes. Para pasar de una calle a otra ibas saltando por piedras.


También fuimos a Nápoles subterránea. Allí íbamos con una vela, estaba muy oscuro y estrecho. Una chica nos llevó hasta una sala y de ahí fuimos a la calle a ver el teatro romano. Sólo se veía donde se preparaban los actores, pues lo demás quedó enterrado.

Adriana Bourdelande, 5ºC

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