Pero lo que tenemos por delante también es prometedor: un curso enterito de aprender cosas nuevas, jugar con los compañeros, asistir a espectáculos, salidas escolares...y un montón de sorpresas que van surgiendo por el camino.
Pero el comienzo del curso no es el fin de la diversión: tres alumnos del Cole nos cuentan su experiencia de verano en la montaña para que animarnos a seguir su ejemplo. Y la montaña en otoño es ¡fantástica! Leed con atención lo que nos cuentan:
Hola a todos,
Somos Valva y
Julia Obregón y Paula González y queremos contaros la súper-excursión que hemos
hecho éste sábado a los Picos de Europa, para ver si os animáis vosotros
también (...bueno, en realidad lo que queremos es contárselo a Mariano para
que éste año nos apruebe la asignatura sin exigirnos mucho...jejeje..)
La aventura
comenzó en Fuente Dé con el teleférico. Estábamos haciendo cola a las
10,30 de la mañana. Qué bien se ve todo desde la cabina, aunque da un poco de
vértigo, no creáis...
El día era muy soleado,
pero aún así, las mamis, ya sabéis, muy previsoras, nos prepararon ropa de
abrigo y chubasqueros, pero también el bañador (nos prometieron un baño en un
lugar sorpresa...!!!), llevábamos de todo: gorro, crema protectora, tiritas y,
por supuesto, los bocatas, ah! y que no se nos olvide, mucha, pero que mucha
agua.
Como es tradición,
lo primero que hicimos fue asomarnos al Mirador del Cable, no sé si lo conocéis,
pero es impresionante, parece que estás colgado en el vacío...
Comenzamos la
senda hacia las 11,30 h. y después de un ratito
caminando, pasamos al lado de los Pozos de LLoroza. Por el camino nos
encontrábamos con mucha gente y, una cosa curiosa, todos nos saludábamos como
si nos conociéramos..., nos dijeron los papis que eso es el espíritu de la
montaña, educación y compañerismo.
Estuvimos jugando
con la nieve de los neveros y a medio camino, paramos a tomar un
tentempié...ummm, qué rico el fuet y el chocolate......Continuamos la marcha y
por fin, llegamos a la cumbre de Cabaña Verónica. El refugio de Cabaña Verónica
es el más alto de los Picos y está construido con una cúpula metálica
procedente de un portaaviones que fue desguazado en Santurce..., subieron las
piezas a caballo...
Unos montañeros
franceses hasta nos aplaudieron cuando nos vieron llegar, y Nando y sus amigos,
guardas del refugio, nos invitaron a tomar un aperitivo de patatas fritas que habían
cocinado allí mismo.
Nos sentamos a
comer después de hacernos unas fotos de recuerdo y, fue entonces cuando vimos
lo sorprendente que es la montaña. De repente, el cielo se puso gris, las
nubes se pusieron a correr y a correr y el viento comenzó a
soplar. Entendimos perfectamente porqué hay que preparar las mochilas con
tantas cosas, polares, chubasqueros, no nos sobraba nada...¡qué frío!
Comenzamos el
descenso y a medida que bajábamos, el sol volvió a salir y ¡hala! a quitarnos
todo otra vez, ¡qué trajín! Como nos habían prometido, pudimos desviarnos un
poquito de la ruta y bajar hasta los pozos que habíamos visto por la
mañana a bañarnos, vaya qué fría estaba el agua, pero qué bien nos vino
refrescarnos... Las cabras del monte bajaron también con nosotros y, si nos
descuidamos un poquito ¡¡¡casi nos comen la ropa!!!
Después del baño,
volvimos a coger el teleférico para bajar de la montaña. También nos explicaron
que hay gente que sube y baja andando, ¡vaya campeones!
Bueno, pues lo
dicho, os animamos a todos a que disfrutéis de nuestros estupendos
paisajes y os dejamos una fotos para que veáis lo bonita que fue la excursión.
Valva, Paula y Julia
1 comentario:
Vaya tres niñas más guapas y aventureras.Se ve que habéis disfrutado mucho de la ruta y los paisajes.
Un saludo,
Eva
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